domingo, 4 de noviembre de 2012


¿Será cierto que la “Televisión” ocupa el lugar que la escuela deja vacante a la hora de "enseñar"?


Con  mi corta experiencia en la escuela puedo afirmar que la televisión es un agente socializador al igual que la familia y  la escuela. Junto a otros medios de comunicación contribuye a modelar la conducta y a la socialización del niño, de forma que puede ser para el desarrollo de éste un freno o una promotora de cambio. Ante esta situación, con el fin de fomentar una actitud crítica, deberíamos plantearnos si la televisión educa.
Sobre este dilema, existen distintas posturas acerca de la influencia de este medio tan polémico. Algunas personas piensan que la televisión es motivo de preocupación y no dudan en achacarle gran parte de los males que se dan en la sociedad (crisis de valores, atrofia de la imaginación, incremento de la delincuencia, agresividad, violencia...). Por el contrario, otros, consideran que tiene posibilidades educativas y que puede ser un eficaz instrumento contra el deterioro social.
 No obstante, también existen otros  puntos de vista, que no son tan radicales como los anteriores, es decir, que no considera que la televisión tenga ni influencia beneficiosa ni perjudicial, sino que simplemente es indiferente. En este sentido, se argumenta que la naturaleza humana tiene un mecanismo o nivel de aceptación que le permite desciplinarse ante lo que este medio de comunicación le transmite.
Dada la relación particular que los chicos establecen con los medios y la función social y compensatoria que desempeña la tv en sus vidas, se hace necesario promover una toma de distancia respecto de los mensajes mediáticos, que permita a los niños analizar esta relación e interrogar su credibilidad respecto de los medios.
 En mi opinión, la televisión será positiva o negativa en función de la coordinación que exista entre los programas que se ofrecen al alumno en la escuela y los que éste puede ver en casa, pues mientras los primeros son escogidos por el docente, los segundos, al ser de carácter variado, pueden contrarrestar las finalidades perseguidas en el aula si no se seleccionan adecuadamente.
 Atendiendo a lo anterior, considero que sería muy beneficioso que, además del trabajo que los docentes pueden realizar, los padres aprendieran a seleccionar los programas en base al proceso evolutivo de sus hijos, y dispusieran de tiempo para acompañar a éstos en la visión de aquéllos. De lo contrario, puede ocurrir que el niño no desarrolle una capacidad crítica frente a lo que se le ofrece, adoptando una actitud pasiva, es decir, "tragándose" toda la información que le llega.
Siguiendo a Orozco, cabría indicar, que explorar la relación entre los niños y las prácticas de mediación familiar a la recepción televisiva supone, en primer término, considerara las familias como espacios claves de lectura y significación de la transmisión televisiva y la manera como éstas se relacionan para generar "modos de ver" la televisión.
 Sin embargo, una buena coordinación entre estos dos agentes socializadores (familia y escuela) hará posible potenciar las ventajas que puede tener la televisión. Así, por ejemplo, permitirá proporcionar una base común de experiencia a los que observan un programa al mismo tiempo; acercará al niño a otras personas, lugares y acontecimientos que de otro modo serían imposibles de observar; permitirá presentar a los alumnos de forma más atractiva los objetivos educativos de un programa de enseñanza; contribuirá al desarrollo integral y formación de valores de la persona...
 Para finalizar, considero  que, teniendo en cuenta que el interés por la televisión es muy utilizado desde los primeros años de vida, es fundamental atender a los programas que se ponen al alcance del niño a partir de esta edad. De esta forma, según lo que visualice, se puede educar, presentando programas educativos con modelos dignos de imitar o, por el contrario, exaltando sentimientos violentos y agresivos.
Orozco afirma que "estudiar la relación con el medio de comunicación, significa asumirlo como un proceso que antecede y prosigue al momento de estar frente al televisor". Se revela así, como un proceso complejo que está condicionado e influenciado desde antes que el televisor sea encendido.



1 comentario:

  1. Hola Vanesa.
    Leyendo tu post me resonaban preocupaciones similares de alguna de tus compañeras: No recuerdo en este momento quién.
    Te basaste centralmente para reañizar el post en el texto de Orozco Gómez ¿y en alguno más que no menciones???
    Tal vez, para responder la pregunta acerca de si la televisión educa o no, o si la televisión desplaza a la escuela en su función educativa, hubiese sido pertinente tuvieras en cuenta los aportes de Huergo y su argumentación acerca del caracter foemativo de las pantallas. Te lo recomiendo, porque si bien realizás esta pregunta dos veces (una de ellas nada menos que en el título), la dejás sin responder.
    Terminás hablando acerca de la necesidad de intervención de parte de la familia y la escuela en torno a lo televisivo, pero tampoco aclaras cómo pensás que debería ser esa intervención.
    En fin, realizás un extenso devaneo teórico escasamente vinculado con tu propia experiencia. Y en cuanto a lo hipertextual también es pobre la utilización de recursos que realizas. Solamente una imágen que no termino de entender la relación que tiene con lo que decís. Tal vez deberías haberlo explicado.

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