lunes, 5 de noviembre de 2012



¡La televisión llegó para quedarse!



“¿Cómo no hacer entrar la TV en las escuelas si ya está dentro, quiérase o no, por la influencia que ejerce sobre los saberes, las aptitudes y los comportamientos de los alumnos?”
 A través de las experiencias en mis prácticas, pude ver, que cuando los alumnos comentan sobre algún programa televisivo los docentes tienden a “desaprobar” de algún modo todo lo que tenga que ver con  ella, no dando lugar a la libertad de expresión y el diálogo.  Posiblemente, esto tenga que ver con asuntos  culturales, instalados en el imaginario social, donde la televisión es vista como un agente que influencia negativamente a los niños, sin embargo, Paulo Freire el filósofo brasileño de la educación plantea que: “el punto de partida de cualquier proceso educativo debe ser el sujeto mismo”.  







En la escuela se debería trabajar a partir  de los intereses de los niños, asumiendo  que la televisión es el medio que ha conquistado la mayor popularidad, que la mayoría de los niños tiene uno en sus hogares y que la televisión ha desafiado y desafía profundamente los modos tradicionales existentes de enseñanza-aprendizaje, propicia experiencias placenteras para el sujeto  y al hacerlo educa, aún sin proponérselo.
















Esto da cuenta de que la escuela debería integrarla a los procesos educativos, mediante  una intervención pedagógica  que garantice modos más autónomos de leer y escribir el mundo  en la relación entre audiencias y pantallas. El desafío de una educación y un educador es el facilitar situaciones donde sea posible que los educandos logren producir sus aprendizajes, conscientes de estar situados, pero a la vez de no estar solos o individualizados en su proceso cognoscitivo, ofreciendo herramientas para el análisis crítico de los programas que combatan el  fascinado y acrítico corriente.
Freire dice: “Reflexión y acción sobre el mundo para transformarlo”.
Tomando a la televisión como un juego es posible trabajar con los niños jugando a la televisión, jugando con la televisión y jugando a partir de la televisión, es decir, utilizando juegos analíticos, una pedagogía del proceso de ver televisión, “pedagogía de la televidencia”. Promoviendo  una mirada crítica, donde los alumnos puedan , saber clasificar, reflexionar y no dejarse engañar. La escuela debería utilizar la televisión creativamente donde la palabra y la imagen sean capaces de llegar al  lector y el las pueda utilizar de forma comunicativa, transformando su mensaje.
 “El gran desafío de la escuela actual es tomar al libro como punto de partida, y no como meta de llegada. Necesitamos recurrir a otros lenguajes; la lectura debería ser un concepto ampliado, que incluyera la imagen, el lenguaje audiovisual y el hipertextual o digital”, sugirió Morduchowicz en su artículo “Los medios de comunicación y la educación: un binomio posible”........


























1 comentario:

  1. Hola Vanesa. La verdad que entendí todo menos lo del lector que decís al final citándola a Morduchowikz ¿?
    Me pareció absolutamente pertinente todo lo otro que decís y lo comparto. Pero me suena muy teórico, muy ideal... no aparece la experiencia donde se encarnen todos esos llamados a ser.
    Al rincipio empezás diciendo que son los chicos los que introducen la cultura mediática en la escuela ¿En qué pudiste ver eso? Y agrgás que los docentes lo rechazan ¿Qué es lo que pudiste observar al respecto?
    Y en cuanto a las propuestas alternativas que hacés retomandolo a Orozco Gómez y sus técnicas lúdicas ¿no podrías haber retomado tus impresiones del modo en que aplicamos alguna en clase?
    Respecto a las imágenes, dan cuenta de la relevancia de la Tv para los chicos, pero no parecen ser los chicos de las escuelas donde realizaste las prácticas. Más bien parecen chicos de otro país. habría que cuidar estas cuestiones también para darle mayor coherencia a la publicación.

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