¿Tan difícil puede resultar intentar fusionar los medios
tecnológicos con el aula, con el aprendizaje diario?
La escuela y sobre todo
los docentes están negados a sumar a sus prácticas educativas tres palabras que
al pronunciarlas ya suenan complicadas: MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Si hablamos en particular de la televisión, para los docentes
genera un doble trabajo introducir este artefacto a las clases, muchas veces
monótonas o muy estructuradas.
Pero, como sostiene Cristina Corea en Pedagogía del aburrido. “No puede
haber un uso pedagógico de la televisión. A ella se está conectado o no, y si
no se esta conectado no se puede pensar sobre eso... La edad no tiene que ver
con este nivel de conexión sino que tiene que ver con la propia subjetividad.”
Es complicado intentar que aquellos docentes que ejercen hace
varios años quienes no tienen una relación muy cercana a los medios o a las
nuevas tecnologías, se apropien de ellas y les resulten fáciles de utilizar,
muchas veces no hay ningún interés.
La formación del profesorado es un elemento clave en la utilización o el rechazo de tecnologías en el proceso educativo.
Mientras realizaba mi residencia en un 4to grado en una escuela
con una población educativa bastante “heavy” pude notar desde la observación y
la pregunta que muchos que estos chicos que poco tienen, consumen mucha televisión.
Uno se da cuenta desde el vocabulario que utilizan, desde los juegos y creo
poder darme cuenta de esto porque yo también soy una consumidora.
Creo que la clase social tiene mucho que ver en los hábitos de
consumo e integración de la televisión en su vida cotidiana. Según MartínBarbero (1987), "los hábitos de clase atraviesan los usos de la
televisión, los modos de ver, y se hacen manifiestos observables etnográficamente-en
la organización del tiempo y del espacio cotidianos". Las clases mas altas
seguramente tienen otro tipo de actividades de entretenimiento; pueden
concurrir a clubes, ir al teatro, conciertos, etc. En cambio, las clases un
poco más bajas suelen usar a la televisión como el único medio de
entretenimiento y acompañamiento que tienen. La mayoría de las familias
cuentan, por lo menos, con una televisión.
Muchas escuelas cuentan con
un espacio destinado a computadoras, a una televisión con su DVD pero el uso es
poco para no decir inexistente. Preguntando a las demás figuras de la escuela la
respuesta a mi pregunta de porque nadie utilizaba esa sala era la misma.
Primero porque no había una conexión de Internet para las maquinas y no había plata,
segundo porque no saben utilizar estos artefactos y tercero porque los chicos
rompen todo. Con esas respuestas me fui un poco más confundida.
Fue por eso, que en plena residencia quise incorporar la tele en
mi planificación. Lo complicado fue encontrar algo que valiera la pena. No por
el simple hecho de estar “flotando” en el ciberespacio sirve, por ende la búsqueda
fue importante. Así que cuando tuvimos que hablar sobre Manuel Belgrano, fecha
importante para los chicos ya que prometerían lealtad a la bandera, se me ocurrió
buscar un video con imágenes, música, pero sin relator, que nadie explicara
nada. Dio resultado, a los chicos les gusto y pudimos recuperar aquellas ideas
sobre la vida de Belgrano y la bandera que tenían bastante perdidas por sus
cabezas.
No es fácil buscar material, llamar la atención de los chicos y
que les guste lo que están planteando y sobre todo sacarlos un poco de la estructura
tan cerrada del libro y el cuaderno que los vienen acompañando desde que entraron
a la escuela.
Se suelen tener prejuicios
o como sostiene Corea, existen “mitos” relacionados a la televisión y la
educación. El mito que sostiene que la televisión tiene que servir para educar,
que tiene que elevar el nivel cultural de los televidentes y el mito de que la televisión
manipula, hipnotiza, genera adicción y comportamientos imitativos así como violentos.
Considero que, de una u otra manera, los medios de comunicación se
están imponiendo. La tecnología avanza a pasos agigantados y por más que uno
intente no formar parte de esa realidad, estos avances te terminan “comiendo”.
Son necesarios y en el caso de la educación, todavía mas. Ya que los chicos de
ahora conviven con estas tecnologías y hay que saber ir a su mismo ritmo, para
no quedar afuera. Educar con la televisión implica incorporar didácticamente la oferta televisiva a todos los niveles de enseñanza del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Efectivamente, Samanta -como vos decís-, exite respecto al conocimiento y la cultura en general, una brecha que no es solo generacional sino también social. Lo paradójico es que el enfrascamiento de la escuela en la defensa de la "cultura culta" de las clases sociales dominantes, no hace más que ampliar la brecha de excluídos del acceso a los medios y las nuevas tecnologías, así como los saberes que por las mismas circulan.
ResponderEliminarSi con Freire aceptamos que todo proceso de alfabetización debe comenzar por el mundo cultural de los educandos, se vuelve indipensable reconocerle, en la escuela, el valor que para los chicos tiene la cultura mediática (tal y como lo pudiste observar en tus prácticas).
Me resultó muy interesante el video que utilizaste en tus prácticas. Incluso me hubiese gustado saber más de la secuencia didáctica dentro de la cual lo ubiscate y, especialmente, de la repercución que tuvo para los alumnos.
Tel vez, en el próximo post, que espero sea tan bueno como este, tanto en el contenido como en el formato, que también está correcto.
Saludos!